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Una charla con Gonzaloarango

«No pienso suicidarme»

Por José Pardo Llada

Entrar en un comedor y encontrar a Gonzaloarango tomándose un vaso de leche, es algo que usted no puede creer aunque lo vea. Para que no quede ninguna duda de que es el mismo que buscábamos para un reportaje, nos acercamos a su mesa en el restaurante del Hotel Aristi, y le manifestamos nuestra sorpresa.

El reportaje se inicia solicitándole que nos conceda algunas declaraciones. El escritor hace una pausa y declara: «Ahora no tengo tiempo. Estoy dedicado a la Metafísica».

—Digo que nunca pensé encontrarte tomando leche como cualquier otro viajero.

—¿Y usted qué quiere, que me muera de hambre?

Cuando hubo terminado su vaso de leche, Gonzaloarango pidió un café doble, y con el primer sorbo, dijo con una cierta sonrisa: «Ahora sí volvámonos inteligentes».

Y dimos comienzo por fin al reportaje:

—¿Cuál es tu posición frente a la vida?

—Yo escribo para vivir. Del arte sólo me interesa aquello que me haga sentir la vida en una forma más plena. Del arte aborrezco todo lo que degrade o envilezca la vida, sobre todo los elementos racionales, los conceptos y las abstracciones. Aspiro a hacer una literatura biológica que esté tierna como un zapato roto.

—¿Tu actitud frente a los problemas?

—Yo no tengo problemas porque no tengo soluciones.

—¿Y frente al amor, qué es para ti el amor?

—Para mí el amor es una bala que se dispara y al herirnos de muerte, nos resucita.

—¿Qué piensas del sexo?

—Pera mí el sexo es el amor sublime.

—¿Crees en la moral?

—Creo en una moral como liberación y realización de todos los valores vitales del individuo; y no creo en una moral que destruya, inhiba y coaccione las potencias vivas del ser humano.

—¿Qué piensas de la muerte?

—La muerte no es un pensamiento y por eso me horriza. Lo peor de la muerte es que está muy viva en uno.

—¿Cuál es tu posición de escritor dentro de la burguesía?

—Mi aprecio a la burguesía está condicionado a los homenajes que me hagan o al odio que les inspiro. La burguesía que más quiero en Colombia es la caleña, porque se atreve a compartir sus privilegios con los artistas. Es la única burguesía decadente del país en un sentido francés. La otra burguesía es detestable, porque ha convertido el capital en el dios y en la belleza de sus únicas devociones. La que representa este tipo de idolatría es la burguesía antioqueña.

—¿Has sentido la náusea alguna vez?

—Yo no siento náusea sino piedad. Este mundo está ya demasiado vomitado por los que dirigen la historia. Nosotros cambiamos el vómito por la oración. incluso con tanta santidad que llegamos a bendecir el vómito para que no todo sea impuro.

—¿Y para quién esa piedad?

—Para los que sufren y para los que no saben que están vivos.

—¿Crees que el artista debe comprometerse con los problemas de su tiempo?

—No creo sino que está comprometido. Lo que pasa es que unos se comprometen con el orden y otros con la revolución. No creo que un artista necesite afiliarse a un partido político, pero también me parece necesario que se comprometa si los ideales porque luchan exigen su militancia con la política. Sin embargo, hay que tener cuidado, pues como decía un escritor beatnik, es más fácil para un poeta comprender una revolución, que para una revolución comprender a un poeta.

—¿Cuál es tu actitud frente al comunismo?

—Yo no soy comunista y espero no serlo nunca; pero entre Pardo Llada y Cuba, me voy con Fidel Castro.

—¿Qué impresiones tienes sobre el Festival de Arte de Cali?

—Tengo la impresión de que es lo único en Colombia que está justificando nuestra razón de ser escritores y artistas. Me emociona profundamente el sentido de fraternidad que nos permite cambiar la soledad por la solidaridad.

—¿A qué atribuyes tu éxito como escritor?

—A que es un éxito que merezco.

—¿Por qué?

—Porque escribo lo que le gustaría escribir a cualquier persona si tuviera la desgracia de llamarse Gonzaloarango. Pregúntame algo de Raquel Jodorowsky, porque si no la mencionamos, se va a ofender.

—¿Qué piensas de Raquel?

—Está muy ofendida por una dedicatoria que le puse en mi libro Los ratones van al infierno.

—¿Y qué le pusiste en la dedicatoria?

—Ya no recuerdo; pero se enojó porque le dije que era más inteligente que bella. Desde luego, ella quería que le dijera lo contrario. La culpa es mía por olvidar que también los genios son mujeres.

—¿Crees en realidad que los ratones sí van al infierno?

—Eso pregúntaselo a los gatos.

—¿Por qué dicen que los nadaístas no se bañan?

—No nos bañamos porque somos solteros.

—¿Además de escribir qué haces?

—Fuera de escribir, escribo cartas de amor.

—¿Éxito con las mujeres?

−¿Tú que dices?

—Lo que pienso no lo puedo decir. ¿Estás enamorado ahora?

—Si no estuviera enamorado ahora, me habría suicidado ayer. Para mí el amor es como el Misterio de la Santísima Trinidad.

—¿Y por qué tan misterioso?

—Bueno, es que yo soy un enamorado del misterio.

—¿Para qué usas gafas oscuras?

—Es por lo del misterio, pero también para no ver a los periodistas.

—¿Enemigo de la publicidad?

—La publicidad me deprime sólo cuando no hablan de mí.

—¿Te gusta que hablen de ti?

—Con tal de que hablen, me resigno a que hablen bien.

—¿Crees que hay más gente que te odia o que te quiere?

—Deseo que me odien, porque el odio es una pasión más fuerte que el amor, y esto significará que después de muerto no podrán olvidarme.

—¿Filosofando?

—Lo que pasa es que tengo mucho miedo de morir.

—¿Por qué te da miedo de la muerte?

—Porque cuando esté muerto ya no me harán reportajes.

—¿Y no tienes miedo de vivir?

—Sólo tengo el coraje de vivir. Yo me ganaría el Premio Nobel del amor a la vida.

—¿Eres nervioso?

—Sobre todo cuando estoy concediendo un reportaje.

—¿Vanidoso?

—Sí, hasta las lágrimas. Hasta en sueño me siento el escritor más infeliz del mundo.

—¿Te gusta llorar?

—Llorar es ridículo. Reír sí me gusta; porque la risa es más trágica que el llanto. Yo me río hasta del dolor.

—¿Y qué es el dolor para ti?

—No poderme ahorcar en la cabellera de Raquel Jodorowsky.

—¿Por qué vives tan obsesionado con la idea del suicidio?

—Aquí donde me ves, yo soy un suicida fumándome tus cigarrillos.

—¿Cuándo piensas suicidarte?

—Nunca.

Fuente:

Pardo Llada, José. «“No pienso suicidarme” - Una charla con Gonzaloarango». Periódico Occidente, diario matinal, viernes 26 de junio de 1964.

* * *

Ver facsímil de la entrevista en:
Elprofetagonzaloarango.com

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