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La última página
de Gonzalo Arango

Por Juan José Hoyos

Ir a Otraparte, la casa del maestro Fernando González, siempre es para mí como hacer un largo viaje a encontrarme conmigo mismo. Como dice el poeta José Manuel Arango, nadie como él nos pensó. Nadie como él tuvo ojos para ver nuestro entorno.

Esta vez, la casa del maestro fue el escenario de otro encuentro: la celebración de la nueva edición del libro de Gonzalo Arango Última página, publicado por las editoriales de la Universidad de Antioquia, la Universidad de Medellín y la Universidad Pontificia Bolivariana.

Arango fue uno de los escritores que más contribuyó a que Fernando González no siguiera siendo un escritor desconocido para los lectores de las últimas generaciones. “Fue su entusiasmo el que creó gran interés por ese personaje y esa obra que en su tiempo se despreciaba en una Antioquia de arcaicas costumbres”, dice el poeta Jaime Jaramillo Escobar, autor del prólogo y de la selección de los artículos.

En el año 2000, la Editorial Universidad de Antioquia ya había publicado la primera edición del libro con una muestra de 75 artículos. Estos aparecieron en la revista Cromos, firmados por el poeta con el seudónimo de Aliosha. En esta nueva edición, por decantación del tiempo, los títulos se reducen a 35, de acuerdo con el criterio del compilador.

Gonzalo Arango nació en Andes, en el Suroeste de Antioquia, en 1931. Su familia se trasladó a Medellín a fines de la década del cuarenta. Terminó sus estudios de bachillerato en el Liceo Antioqueño. Luego se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia, pero abandonó la carrera antes de graduarse. Después se dedicó al periodismo y a la literatura. En 1958, junto con otros poetas de su generación, fundó en Cali el movimiento nadaísta. Este tuvo una honda repercusión en la vida cultural de Colombia en la década de 1960.

Además de poeta, escritor de cuentos y novelas, dramaturgo y autor de una voluminosa correspondencia, Arango fue uno de los periodistas más leídos de su época. La revista Cromos publicó sus famosos reportajes entre 1965 y 1969 y sus crónicas y artículos en la sección Última página.

También escribió columnas en los periódicos El Tiempo, La Nueva Prensa, El País y El Heraldo y dirigió Nadaísmo 70, su propia revista. Además, fue colaborador del semanario Contrapunto y de varias revistas vinculadas al movimiento nadaísta como Esquirla, La viga en el ojo, El ojo pop y el suplemento de El Expreso.

Cuenta el poeta Jotamario Arbeláez que en esa época los periódicos se compraban para leer a Gonzalo Arango y Gonzalo Arango muchas veces no tenía dinero para comprar los periódicos donde escribía.

Después de 1971, abandonó el periodismo y se retiró a vivir a las islas de San Andrés y Providencia. Murió en un accidente de tránsito, en Tocancipá, en septiembre de 1976.

Última página es un reencuentro con algunos de los mejores artículos que escribió para Cromos, como el “Diario de un nadaísta”, “Oración para Camilo Torres”, “Elogio de los celos”, “Un día de gloria” y “Carta a Teresa Alegría”.

Para Gonzalo Arango, un libro era siempre un testimonio irreversible. Lo dijo con sus propias palabras en sus Prosas para leer en la silla eléctrica:

“Este libro es mi vida, mi muerte y mi lucha contra el destino... Lo escribí acosado por la muerte, por una terrible necesidad de vivir, de apasionarme para no perecer en el desierto de mi época. Pues aunque se dice que el agua apaga el fuego, yo digo que mi pasión no es el agua sino la sed”.

Por eso hoy su obra está viva, como este libro... ¡hasta la última página!

Fuente:

El Colombiano, domingo 19 de junio de 2016.

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