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Nadaología del nadaísmo

En la locura mística de Dios, primero fue la Nada y después Adán. Por esta razón el Ser es la Nada invertida. Desde entonces la cultura de la humanidad ha sido una cochina inversión de valores. Entre el Ser y la Nada los nadaístas nos quedamos con Eva y la Manzana de la vida.

—Para ser nadaísta no se necesita ser inteligente, ni siquiera saber leer o escribir. Para ser nadaísta se necesita, a lo sumo, tener un hermano que trabaje. ¿Lo tiene usted? Si lo tiene, ¡bienvenido al nadaísmo, usted está salvado!

—Diré por qué el nadaísmo es una Generación Desalmada: porque los nadaístas le vendimos el alma al diablo, no a cambio de la inmortalidad, sino de la vida.

—La estética nadaísta es como una trampa de ratón: hay que saber elegir la forma de roer el queso sin quedar atrapados.

Acto de Fe:

—Los nadaístas luchamos por una revolución que sea un llamado del poeta a la conciencia del hombre, a la resurrección de lo divino en él, y a la vibración de la carne que se ha muerto para el amor del mundo. Tenemos fe en la tierra y en los cielos radiantes de enloquecidos astronautas, y si después de la guerra atómica no queda nada en qué creer, creeremos aún en el Cabo de la Buena Esperanza.

—Nadie cree en el nadaísmo porque los nadaístas no creemos en nada, ni siquiera en nosotros. Pero les recordamos que somos geniales, locos y peligrosos, y no se nos puede olvidar impunemente.

—El nadaísmo no propone soluciones, sino dudas. No propone la felicidad, sino la desesperación. No propone la paz sino la guerra creadora, una guerra sin armas en que la victoria no sea el poder, sino la vida. Por eso no creemos en ninguna victoria que no sea una victoria sobre nosotros mismos.

— ¿Hasta dónde llegaremos? Eso no le importa a la Historia, porque no llegar es también el cumplimiento de un Destino.

—Los nadaístas damos gracias a Dios porque el espíritu no se mueve con gasolina “Esso”, pues ahí sí que estaríamos varados.

—El nadaísmo no es un principio de nada, sino un fin de todo: ¡es el deseo infinito de Ser!

El Nadaísmo y la revolución

—“Pasajeros de la Revolución, subid a bordo”, gritaba un político revolucionario, a lo cual un nadaísta contestó: “Gracias… no viajamos en tercera”.

—El nadaísmo es la literatura rosa de la revolución.

—El nadaísmo es quitarse la camisa de fuerza de estar cuerdo.

—La locura es la razón de ser de un nadaísta.

Kant y el Nadaísmo

—Los nadaístas preferimos la razón impura de los pelos, a los pelos puros de la razón. La razón es una corona de pelos para coronar la calva de los pobres de espíritu. Nos asquea la cochina “razón pura” de que hablara el filósofo Kant, el pobre señor Kant que ni siquiera perdió la cabeza ante un par de peludas piernas alemanas. A él y a su escuela de patanes racionalistas les decimos: querido señor Kant: eres el inteligente más imbécil del mundo, pues la razón de vivir no está bajo los pelos de la cabeza, sino bajo los pelos del amor.

Gonzalo Arango

Fuente:

Arango, Gonzalo. “Nadaología del nadaísmo”. En: De la Nada al Nadaísmo. Bogotá, Antares / Tercer Mundo, 1966, p.p.: 80 - 82. Transcripción por Jefferson Sanabria.

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